EL MALANDRO
Malandro es un término multívoco.
En Brasil, malandro es un (simplemente malandrería) trastorno con estilo de vida bohemio, fiestero, entregado a los placeres. El malandro es un arquetipo que ha sido inmortalizado por el músico Chico Buarque.
En Venezuela, Colombia y México, malandreo es sinónimo de delincuente. Generalmente se asocia con lo que el sociólogo y sacerdote Alejandro Moreno ha denominado delincuente violento de origen popular. El malandro es una persona que desde niño presenta síntomas de antisocialidad. Rechaza total y abiertamente los valores comúnmente aceptados. A diferencia del par asocial
, que pese a rechazar los valores y estructuras sociales dominantes no pretende agredirlos, el malandro -o antisocial- quiere destruir los valores y estructuras de la sociedad, generalmente porque antepone a ellos su ansia de poder y de "respeto", palabra esta última que dentro de los códigos restringidos de la delincuencia tiene significados como subordinación incondicional o terror.
Véase también: Trastorno antisocial de la personalidad
El rango de acción de un malandro suele ser su comunidad, a la cual somete a través del escarmiento y el uso de armas de fuego, las cuales adquieren con dinero proveniente de la comisión de hechos punibles. No obstante, muchos operan más allá de sus comunidades, delinquiendo en las urbes o en sus periferias. El malandro ejerce la profesión delictiva de forma independiente u organizada. Sus actividades comprenden el tráfico de drogas, la comisión de delitos como hurto, robo y secuestro -así como las peleas por las zonas para cometer estos delitos-, la industria del sicariato -también llamado asesinato por encargo- y el homicidio de enemigos o ciudadanos insubordinados.
En las cárceles venezolanas el malandro hace vida delictiva. En algunos casos, malandros con cierto poder dentro de las cárceles han traído bajo engaño a defensoras públicas o abogadas para violarlas repetidamente dentro de los internados judiciales. Por lo general, se ve envuelto en conflictos de todo tipo: desde peleas personales, frecuentemente resueltas con puñales o chuzos, hasta riñas colectivas por el control de los pabellones o de todo el centro pentintenciario de que se trate. En estas peleas, unos pocos malandros, jefes de las bandas existentes, luchan por alcanzar el estatus de "pran".
El "pran" es una suerte de mandamás que tiene un ejército de malandros a su disposición y controla los negocios existentes en las cárceles, percibiendo así los beneficios económicos de dichas actividades: cobro de vacuna -un monto diario que otros reclusos deben pagar para no ser asesinados-, la venta de cigarrillos detallados, la venta de drogas -las cuales son de obligatorio consumo para otros reclusos so pena de muerte, el tráfico de drogas y armas, la prostitución, el control del acceso de otros reclusos a la comida y otros servicios como el uso de baños. Igualmente, se hacen con los ingresos provenientes de actividades delictivas ejecutadas fuera de las cárceles, tales como extorsión, secuestros u homicidios.
¿Como ser un malandro?Estos son los nuevos códigos del hampa: Así hablan y enamoran los malandros de hoy (Video+frases)
En todo el mundo, los humanos sufren transformaciones a medida que pasan los años, llegando a cambiar sus comportamientos, forma de ser, vestir, tendencias de moda, gustos por la música, entre muchas cosas; por su parte, en Venezuela todo parece estar sujeto a un proceso de combinaciones, que unidos, arman una ensalada cultural en una misma región, lo que autores llamarían “transculturación”, que no es más que el proceso en el que una determinada región adopta los rasgos de otra ajena a sus raíces.
Dentro de estos cambios se encuentra la forma de hablar de las personas. Si en siglos pasados un diálogo fluido era tan esquematizado, adornado y elegante, tanto que una simple conversación entre dos personas podía ser casi una poesía al nivel de Pablo Neruda, ahora todo es totalmente diferente; distorsiones, variaciones y alteraciones gobiernan el habla de hoy día.
Pero estos cambios no sólo ocurren en el ciudadano común, las nuevas formas de hablar y tratar, no hacen distinciones de estatus, llegando en su más desordenado nivel, al bajo mundo de la delincuencia, el cual con el tiempo parece haber cambiado por completo su modus operandi al momento de robar o cometer cualquier delito, y como si se comunicaran mediante códigos, unen palabras desfiguradamente, llegando a establecer su propia jerga.
En Venezuela, así como en cada ciudad, los acentos y tonalidades de voz son diferentes, de igual forma sucede con el hampa de cada región.
Es así como en Maracaibo los ladrones de hoy, usan códigos que, si bien ya los empleaban desde hace décadas, para estos últimos años han cambiado por completo, llegando a tener un repertorio de frases, palabras y distorsiones lingüísticas que sólo ellos logran identificar.
Por esta razón, Noticia al Día recorrió sectores de la ciudad conocidos por sus altos índices delictivos, para buscar el significado de algunos de los “nuevos códigos” que componen la comunicación de los delincuentes.
Un personaje que conoce parte del bajo mundo, que prefirió no ser identificado, explicó las principales palabras que se escuchan hoy día en el dialecto de los ladrones.
“Si nos ponemos a calcular las palabras con las que los choros hablan, nos damos cuenta que una persona fuera de este ámbito difícilmente entendería la mayoría de los códigos con los que se habla en el mundo malandro”, aseguró.
Palabras como, picar, percutar, bruja, transear, epili y cohetes, son solo algunas de las usadas por los delincuentes de esta época. Y si años atrás, para pretender a una dama, los hombres escribían sus poesías y cartas románticas, en la actualidad muy poco sucede. Si se habla de las zonas rojas, las mujeres han tenido que conformarse con frases vulgares hechas por sus ladrones pretendientes.
“Hoy día los piropos malandros son diferentes, eso es mentira que te van a llevar serenata, le decimos de alguna forma vulgar que se acerquen a nosotros y hay quienes acceden porque las mujeres de los barrios les gusta estar montadas en unas motos, todas están sella’s”, comentó la fuente.
Estas son algunas palabras del vocablo delincuente en Maracaibo:
-Caleta: Se refiere al lugar donde esconden las cosas robadas, carros, armas, drogas, entre otros.
¡Ya tenemos tu carro guarda’o en la caleta!
-Causa: Es el alias que usan los ladrones cuando caen presos juntos en un mismo delito.
-Convive: Se refiere al nombre que un delincuente le da a otro cuando comparten una misma celda o espacio dentro de la prisión.
¡Ese es mi convive, que nadie se meta con él!
-El mío: Alguien conocido con el que se tiene un trato, acuerdo o negocio.
-Menol: Un ladrón con poca experiencia.
-Paco, brujas, sapos, tombos: Cualquier cuerpo de seguridad.
-Parroquia: Nombre con el que se llaman los malandros que residen en el mismo barrio y con quienes se tiene un buen trato.
Cabe destacar que los seudónimos causa, convive y parroquia son de significado totalmente diferente los cuales, mal empleados, pueden originar una riña para el que se equivoque.
-Percutar: Accionar el arma, ejecutar a una persona.
¡Quedáte quietecito y no gritéis porque te puedo percutar aquí mismo!
-Picar: Desarmar, desvalijar, cortar o romper. Esta palabra es muy empleada de forma amenazante en frases como: ¡Te lo Picamos!
La mayoría de las veces se refiere a un carro robado que los ladrones esconden en un espacio baldío o lugar poco habitado, y si el dueño no paga el rescate lo desarman para montar las partes a otros carros.
-Pulso: valentía, valor, atrevimiento, falta de temor.
El código pulso es muy empleado entre ladrones para llegar a un acuerdo de pago cuando uno de ellos ha robado a un conocido.
¡El mío, que tu parroquia me pague el pulso, porque yo no robo de gratis!
-Transear: Negociar, aprovecharse, palabrear, sacar dinero; término usado por las personas que se encuentran metida en el negocio del robo y rescate. Es un personaje aceptado por las bandas para hacer negocios sin temor a caer presos. Ejemplo:
¡Mirá que tenemos tu carro buscá platica y alguien que transee!
¡No quiero comiquitas!
Con esta frase, el malandro quiere decirle a su víctima que el crimen que está cometiendo es algo serio y ante cualquier movimiento, llamada a la policía o acto desesperado, puede tener consecuencias graves para el asaltado.
¡Te voy a hablar por la calle del medio!
Dando a entender que la oración que viene a continuación es totalmente transparente, directa y sin rodeos.
¡Somos gente seria!
Haciendo referencia a que no son ladrones de oportunidades, sino que trabajan organizadamente para cometer crímenes impecables. También se usa para amedrentar a sus víctimas, infundiéndoles temor para obtener lo que buscan.
¡Somos gente seria; si no pagas te quemamos el carrito en un monte!
¡Pagame el pulso!
Cuando un malandro roba algo a una persona y pide dinero por el rescate sin saber que su víctima es un conocido de otro antisocial, por lo que al darse cuenta, solo cobra una pequeña fracción como símbolo reconocimiento por el delito.
¡Aja parroquia uno no roba de gratis y la gente no anda en la calle diciendo soy familia de tal, el trabajo hay que reconocerlo, que me pague el pulso!
¡Te paso la frente con una bala!
Anteriormente era conocido como “quieto o te mato”, hoy en día los ladrones usan frases más adornadas para infundir respeto en sus víctimas.
¡Epili fresa, llégate!
Con este piropo los ladrones llaman a las mujeres cuando pasan por el lugar donde ellos se encuentran reunidos, buscando que se acerquen a hablar con ellos. Epili es distorsión de “épale” para hacer un llamado de atención a las mujeres y la fresa representa a las chicas.
¡Llégate pa’ chocate esas arepas!
Por lo general, cuando las mujeres preparan arepas, suelen darle unas palmadas para saber si ya están bien cocinadas; dependiendo del sonido que emita, se sabrá si ya se pueden retirar del budare.
‘Chocate’ es dar palmadas con las manos y ‘arepas’ representan los glúteos de las mujeres, de allí el juego de palabras ‘chocar las arepas’.
¡Mami vení pa’ sellate!
En la actualidad, a la mayoría de los malandros no le falta una moto en donde cometan sus fechorías, esa unidad de transporte cuenta con un tubo de escape muy caliente que puede dejarle una marca en la pierna a quien vaya de parrillero.
Muchas de las novias de estos delincuentes alguna vez se han quemado con el escape de la moto quedándole una cicatriz en forma circular, como un sello.
La frase es muy usada hoy día y busca establecer un compromiso entre el delincuente y la chica, marcándola como propiedad de un motorizado.
¡Ese cohete ya está sella’o!
Cohete es otro seudónimo con el que los malandros se refieren a las mujeres que poseen una buena silueta y cuando dicen que ya está sellada es que ya es novia de un motorizado y tiene la marca del escape en una de sus piernas.
¿Como terminas despues de ser un malandro?
Puedes
Acabar Preso como
jombel lugo aqui
hay una foto
Nombre:jombel lugo
Preso 5 horas de carcel pol pato
hevuo como
huaqui
Cosas del convive video de informatica
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